Blog do Boxer

Nuestros bóxer envejecen rápidamente y podemos plantearnos la necesidad de conservar su potencial genético. En nuestros tiempos existe la posibilidad de la crioconservación del semen más allá del tiempo y del espacio. Aún está en investigación para un futuro no muy lejano la conservación del potencial genético de nuestras hembras mediante la congelación de óvulos, inseminación invitro y transplante de embriones.

En lo concerniente al semen hay que conocer las diferentes partes del eyaculado y las costumbres del bóxer para poder proceder a la conservación seminal.

El macho bóxer es muy excitable pero a la vez tarda mucho en madurar sexualmente. La norma general es que no aceptan la manipulación durante la fase de excitación y juego y sólo una vez que han penetrado a la hembra suelen permitir el contacto por lo que necesitamos una hembra en celo que sirva de señuelo, aunque siempre hay excepciones. Los preliminares consisten en juegos de persecución y lamido entre el macho y la hembra seguidos de dulces golpes cuerpo con cuerpo. Una vez que el macho trata de montar a la hembra debemos impedir la penetración haciéndole creer que nuestro material de colecta es la vagina de la hembra.

El eyaculado se produce en tres fases. La primera, llamada preespermática, es transparente y se encarga de la limpieza de la uretra de restos de espermatozoides muertos, secreciones, bacterias y orina. Esta parte del eyaculado debe ser desechada.

La segunda fracción, llamada espermática, es la rica en espermatozoides. Debe ser blanca-nacarada y densa. En el bóxer está entre 0,5ml y 4ml.

La tercera y última fracción es la prostática consistente en fluidos que sirven de medio de transporte para permitir el avance de los espermatozoides en el útero y como medio de nutrición de los mismos. El volumen de esta fracción varía de unos pocos ml hasta 30ml. Esta fracción es perjudicial para la conservación del semen por lo que en el caso de inseminación en fresco debemos recogerla pero para refrigeración o congelación se separará de la segunda fracción.

El semen canino es muy sensible a la manipulación viéndose afectado de gravedad en el caso de contacto con agua, exposición a la luz, aumento de temperatura, electricidad estática, materiales como el caucho o el látex,…

La supervivencia del semen canino de calidad buena en útero ronda los 7 días.

La refrigeración del semen permite mantenerlo viable a 5ºC durante 3 a 5 días hasta un máximo de 10 días añadiendo determinados protectores (yema de huevo). Existen productos comerciales disponibles para su preparación de manera cómoda y fácil aunque también se pueden encontrar “recetas” caseras para su preparación. Es importante tener en cuenta que las cajas que protegen la pérdida de frío rara vez lo mantienen más allá de 48 horas por lo que los tiempos de viaje (courriers de despacho aéreo: DHL, FedEx,…) no deben superar los dos días en la entrega. Como ventajas ofrece la posibilidad manipularlo con un mínimo de formación, económico y comunicación con las principales ciudades europeas en menos de 48 horas. En casos de escasa producción de espermatozoides permite la extracción de varios eyaculados y su conservación para poder realizar una inseminación con suficiente número de espermatozoides. Las principales desventajas consisten en que la manipulación del macho puede ser complicada por no disponer de hembra en celo en el momento de la extracción dificultando o incluso impidiendo la extracción y que los courriers no transportan ni entregan en sábado, domingo ni festivos por lo que los días en que se puede enviar el semen para sea entregado en 24-48 horas van de lunes a miércoles o jueves. El semen refrigerado sobrevive en el interior del útero 48 horas.

La congelación del semen permite la viabilidad del mismo manteniéndolo a temperaturas de -196ºC indefinidamente. Durante el proceso de congelación el semen es enfriado lentamente y se va diluyendo con productos que buscan evitar el choque térmico y la contaminación bacteriana, estabilizar el pH e impedir la formación de cristales de hielo que romperían los espermatozoides. El proceso de congelación ha de ser llevado a cabo por personal cualificado y su mantenimiento requiere de un control constante en el tiempo mediante aporte periódico de nitrógeno líquido. El instrumental para la manipulación tiene un elevado coste y es muy específico. El semen congelado y atemperado ha de depositarse en el interior del útero (inseminación intrauterina) y su supervivencia de esta forma es de unas 12 horas por lo que determinar el momento de la ovulación en la hembra de bóxer es de vital importancia. Entre las ventajas debemos destacar la posibilidad de conservar material genético de nuestros sementales más allá de su vida y de su salud, la prevención de enfermedades de transmisión sexual que no toleran la congelación, la posibilidad de programar la extracción de semen para cuando disponemos de hembra en celo y la posibilidad de realizar envíos de semen a todo el mundo. Como desventajas principales citar que la técnica de inseminación requiere de una especialización elevada del veterinario y el mayor coste y gasto periódico en almacenamiento. Es importante mencionar que la congelación del semen ofrece mayor éxito si se realiza en sementales entre los dos y los 5 años de edad, obteniendo peores resultados en sementales excesivamente jóvenes o mayores. 

En condiciones óptimas (hembra fértil, macho fértil y momento de ovulación determinado) los estudios realizados establecen en un 98% las posibilidades de éxito de lograr una gestación, si es utilizado semen fresco o es realizada una monta natural. Con el semen refrigerado el porcentaje de éxito disminuye en torno al 90% y con congelado al 80%, si las condiciones son optimas.

Existen métodos de congelación y refrigeración del semen patentados y estandarizados que aumentan significativamente estos valores pudiendo llegar a 91 y 94% de éxito respectivamente, como es el caso del método CLONE en un estudio realizado en labradores. No hay estudios publicados basados únicamente en la raza bóxer.